Empresas | Blog

Carta al futuro dos

Querido Futuro Yo,

Hoy ha sido un día para el recuerdo, uno de esos días que sé que miraré hacia atrás con una sonrisa en mi rostro y una sensación de asombro en mi corazón. Finalmente, he tenido mi primera experiencia de buceo en aguas abiertas, y déjame decirte, ha sido todo lo que imaginé y más.

Carlos, mi fiel instructor, me llevó a un sitio de buceo conocido como «El Cañón» en Tenerife. El nombre en sí ya sonaba emocionante, pero nada podría haberme preparado para la belleza y la majestuosidad que me esperaban bajo la superficie del agua. Desde el momento en que descendimos, me sentí como si hubiera entrado en un mundo de fantasía, un universo paralelo lleno de colores vibrantes, formas extrañas y criaturas que parecían sacadas de un libro de cuentos.

Pero antes de sumergirnos, Carlos repasó las técnicas de propulsión que habíamos practicado en la piscina. Me recordó la importancia del «aleteo de rana», una técnica que minimiza la perturbación del fondo marino y evita levantar sedimentos. «Es como bailar con el océano», dijo, y tenía toda la razón. Cada movimiento que hacía me sentía más conectado con el mundo submarino que me rodeaba.

Y luego estaban los peces. Oh, los peces. Bancos de peces de colores brillantes que nadaban a nuestro alrededor como si fuéramos parte de su mundo. Vi una morena asomando su cabeza fuera de una grieta en el arrecife, y un pulpo cambiando de color como un camaleón del mar. Pero el momento más mágico fue cuando una tortuga verde pasó nadando junto a nosotros. Su gracia y serenidad eran hipnotizantes, y en ese momento, todo lo demás parecía desvanecerse. Era solo yo, la tortuga y el infinito azul que nos rodeaba.

Carlos también me introdujo en el arte de la navegación submarina. Me mostró cómo usar una brújula y cómo estimar la distancia bajo el agua. Aunque al principio me sentí un poco abrumado con toda la información, poco a poco empecé a sentirme más seguro. «La clave está en la práctica», me aseguró Carlos. «Cuanto más bucees, más natural se volverá».

Al final del día, mientras estábamos en el barco de regreso al centro de buceo, Carlos me entregó un pequeño libro de bitácora. «Aquí puedes registrar todas tus inmersiones, lo que has visto, lo que has aprendido», dijo. Y así lo haré, porque sé que cada inmersión es una página en el libro de mi vida de buceo, una historia que estoy deseando contar.

Así que aquí estoy, lleno de una sensación de logro y maravilla, emocionado por las aventuras que aún me esperan. Y aunque sé que todavía tengo mucho que aprender y experimentar, este primer capítulo ha sido más emocionante de lo que jamás podría haber imaginado.

Con amor y un corazón lleno de aventura, Tu Yo más joven y emocionado

P.D. Mi próxima inmersión será en un naufragio. Sí, has oído bien, un naufragio. No puedo esperar para contarte todo sobre esa experiencia.


Espero que esta carta te haya transportado de nuevo a esos primeros días emocionantes de descubrimiento y asombro. ¿Te acuerdas de cómo se sentía? No puedo esperar para seguir compartiendo más de estas aventuras contigo.

Con amor y anticipación, Tu Yo Aventurero

¿Te ha emocionado esta carta tanto como a mí vivirla? No puedo esperar para contarte más sobre mis futuras aventuras en el mundo del buceo.

Artículos relacionados

Menú